La cismogénesis, término acuñado por Gregory Bateson, describe un proceso de distanciamiento progresivo entre los miembros de una familia. Este alejamiento se caracteriza por una ruptura en las interacciones, una creciente falta de interés y una intensificación de emociones negativas. Si bien no siempre conduce a una ruptura total, la cismogénesis representa un deterioro significativo en las relaciones familiares.
Las causas de la cismogénesis son diversas y complejas. En algunos casos, surge a partir de relaciones simétricas que derivan en una dinámica competitiva. Los miembros de la familia se ven envueltos en una lucha por el poder o por la atención, lo que genera resentimientos y conflictos.
En otros casos, la cismogénesis se origina por la toma de conciencia de las diferencias entre los miembros. Al reconocer las discrepancias en valores, creencias o estilos de vida, uno o más individuos pueden experimentar una profunda insatisfacción con la dinámica familiar. Esta insatisfacción puede manifestarse en forma de aislamiento, críticas o incluso hostilidad.
La falta de interés y desconocimiento mutuo también pueden contribuir a la cismogénesis. Cuando los miembros de la familia no se toman el tiempo para conocerse y comprenderse, se crean barreras que dificultan la comunicación y la conexión emocional.
Las diferencias en las personalidades, los estilos de comunicación y las expectativas también pueden generar intolerancia y conflictos. Si estas diferencias no se manejan de manera adecuada, pueden escalar a niveles de toxicidad que erosionan la confianza y el afecto.