La Generación de Cristal: ansiedad, depresión y el desafío de la salud mental juvenil

En el último tiempo ha crecido el interés por el estudio de las diferencias generacionales en el ámbito académico y clínico. Específicamente, el foco se ha desplazado hacia los Centennials o Generación Z, nacidos entre finales de los años noventa y principios de los 2010, quienes presentan características distintivas en su salud mental. Se analiza el trabajo de López Salazar y Fainberg (2024) en el Anuario Anxia Nº27, quienes llevaron a cabo una investigación para evaluar la validez local del constructo “Centennials” y sus niveles de ansiedad y depresión en comparación con generaciones anteriores.

El estudio se apoyó en múltiples marcos teóricos.

  • Teoría generacional. Siguiendo a Mannheim (1952) y a autores contemporáneos como Twenge (2023) y Duffy (2022), se entiende que una generación comparte experiencias culturales y valores que los distinguen de otras cohortes.
  • Concepto de antifragilidad. Tomado de Taleb (2012) y aplicado por Haidt y Lukianoff (2018) en el ámbito psicológico, sostiene que los seres humanos crecen mediante la superación de adversidades. Un entorno sobreprotector puede debilitar esta capacidad de resiliencia.
  • Impacto de las redes sociales en el bienestar psicológico. Investigaciones como las de Twenge et al. (2020) y Orben y Przybylski (2019) fundamentan la hipótesis de que la exposición temprana y masiva a redes sociales podría ser perjudicial para la salud mental de los jóvenes.

Estos marcos teóricos sirvieron para fundamentar la hipótesis central: los Centennials locales replican las tendencias observadas en países desarrollados, presentando mayores niveles de ansiedad y depresión.

Validación del constructo “Centennials”

La investigación encuestó a 1683 participantes argentinos, segmentándolos en Baby Boomers, Generación X, Millennials y Centennials. Se utilizó un cuestionario ad-hoc sobre actitudes y valores, junto con el DASS-21 para medir ansiedad, depresión y estrés.

Los hallazgos principales fueron:

  • Baja religiosidad. El 76 % de los Centennials reportó darle poca importancia a la religión.
  • Orientación a-política. El 48,1 % se autodefinió como apolítico.
  • Mayor identificación LGBT. El 31,4 % se identificó dentro de este colectivo, mucho más que generaciones previas.
  • Alta dependencia tecnológica. Recibieron su primer smartphone a los 12,6 años en promedio y pasan más de 3,5 horas diarias en redes sociales.
  • Incremento de la soledad. Un 31 % de los Centennials manifestó sentirse solo frecuentemente.

Estos patrones son consistentes con las tendencias globales, validando así el constructo Centennial en la población argentina.

Niveles de ansiedad y depresión

La comparación de síntomas ansioso-depresivos reveló diferencias significativas entre generaciones:

  • Depresión. Centennials (M=8,58) exhibieron niveles significativamente más altos que Millennials (M=5,70), Generación X (M=4,78) y Baby Boomers (M=3,55).
  • Ansiedad. Centennials (M=7,23) también presentaron los niveles más altos frente a Millennials (M=4,17), Gen X (M=3,49) y Boomers (M=2,25).
  • Estrés. El patrón se repitió, siendo los Centennials los más afectados (M=11,40).

Estas diferencias fueron estadísticamente significativas (p = .000 en todas las comparaciones).

El estudio de López Salazar y Fainberg (2024) deja en claro que la Generación Z en Argentina reproduce las características de fragilidad emocional observadas en otras latitudes. Los Centennials no solo presentan cambios profundos en actitudes y valores sociales, sino que también exhiben niveles alarmantes de sintomatología ansiosa-depresiva.

Las implicancias de estos hallazgos son múltiples:

  1. Validez del constructo. La idea de “Generación Centennial” es aplicable localmente, lo que ofrece una herramienta conceptual útil para comprender dinámicas sociopsicológicas emergentes.
  2. Emergencia sanitaria en salud mental. El incremento de la ansiedad y depresión entre los jóvenes requiere políticas públicas de prevención e intervención específicas, adaptadas a sus características culturales y sociales.
  3. Necesidad de educación emocional. Promover habilidades de resiliencia y manejo del estrés desde edades tempranas podría ser clave para revertir esta tendencia.

Referencias

  • Alwin, D. F., & McCammon, R. J. (2007). Rethinking generations. Research in Human Development, 4(4), 219–237. https://doi.org/10.1080/15427600701663118
  • American Psychological Association. (2018). Stress in America: Generation Z. https://www.apa.org/news/press/releases/stress/2018/stress-gen-z.pdf
  • Bados, A., Solanas, A., & Andrés, R. (2005). Psychometric properties of the Spanish version of depression, anxiety and stress scales (DASS). Psicothema, 17(4), 679-683.
  • Barlow, D. H. (2004). Anxiety and its disorders: The nature and treatment of anxiety and panic (2ª ed.). Guilford Press.
  • Campbell, S. M., Twenge, J. M., & Campbell, W. K. (2017). Fuzzy but useful constructs: Making sense of the differences between generations. Work, Aging and Retirement, 3(2), 130–139. https://doi.org/10.1093/workar/waw029
  • Dobson, K. S. (1985). Defining an interactional approach to anxiety and depression. The Psychological Record, 35(4), 471–486.
  • Duffy, B. (2022). The generation myth: Why when you’re born matters less than you think. Hachette UK.
  • Gentile, B., Campbell, W. K., & Twenge, J. M. (2013). Generational cultures. In A. B. Cohen (Ed.), Culture reexamined: Broadening our understanding of social and evolutionary influences (pp. 31–48). American Psychological Association.
  • Haidt, J., & Lukianoff, G. (2018). The coddling of the American mind: How good intentions and bad ideas are setting up a generation for failure. Penguin Press.
  • Hancock, J. T., Liu, X., French, M., Luo, M., & Mieczkowski, H. (2019). Social media use and psychological well-being: A meta-analysis. 69th Annual International Communication Association Conference, Washington, D.C.
  • Haslam, N. (2015). Concept creep: Psychology’s expanding concepts of harm and pathology. Psychological Inquiry, 27(1), 1–17. https://doi.org/10.1080/1047840X.2015.1077639
  • Hofmann, S. G. (2011). An introduction to modern CBT: Psychological solutions to mental health problems. Wiley-Blackwell.
  • Liu, D., Baumeister, R. F., Yang, C. C., & Hu, B. (2019). Digital communication media use and psychological well-being: A meta-analysis. Journal of Computer-Mediated Communication, 24(5), 259–273. https://doi.org/10.1093/jcmc/zmz013
  • López Salazar, P. (2018). Redes sociales y ansiedad: Una revisión de la literatura empírica e implicancias clínicas. Revista Anxia, 2018, 1–15.
  • López Salazar, P. (2022). Redes sociales y bienestar psicológico: Una revisión empírica e implicancias clínicas. En C. Garay (Comp.), Terapia cognitivo-conductual y tecnologías digitales (pp. 87–110). Akadia.
  • Lovibond, P. F., & Lovibond, S. H. (1995). The structure of negative emotional states: Comparison of the Depression Anxiety Stress Scales (DASS) with the Beck Depression and Anxiety Inventories. Behaviour Research and Therapy, 33(3), 335–343. https://doi.org/10.1016/0005-7967(94)00075-U
  • Mannheim, K. (1952). The problem of generations. In K. Mannheim (Ed.), Essays on the sociology of knowledge (pp. 276–322). Routledge & Kegan Paul.
  • Noel, J. K., Lakhan, H. A., Sammartino, C. J., & Rosenthal, S. R. (2023). Depressive and anxiety symptoms in first-generation college students. Journal of American College Health, 71(6), 1906–1915. https://doi.org/10.1080/07448481.2020.1815754
  • Orben, A., & Przybylski, A. K. (2019). The association between adolescent well-being and digital technology use. Nature Human Behaviour, 3(2), 173–182. https://doi.org/10.1038/s41562-018-0506-1
  • Substance Abuse and Mental Health Services Administration. (2020). Key substance use and mental health indicators in the United States: Results from the 2019 National Survey on Drug Use and Health. U.S. Department of Health and Human Services.
  • Taleb, N. N. (2007). The black swan: The impact of the highly improbable. Random House.
  • Taleb, N. N. (2012). Antifragile: Things that gain from disorder. Random House.
  • Turner, A. (2015). Generation Z: Technology and social interest. The Journal of Individual Psychology, 71(2), 103–113.
  • Twenge, J. M. (2017). iGen: Why today’s super-connected kids are growing up less rebellious, more tolerant, less happy—and completely unprepared for adulthood—and what that means for the rest of us. Atria Books.
  • Twenge, J. M. (2023). Generations: The real differences between Gen Z, Millennials, Gen X, Boomers, and Silents—and what they mean for America’s future. Atria Books.
  • Twenge, J. M., Haidt, J., Blake, A. B., McAllister, C., Lemon, H., & Le Roy, A. (2021). Worldwide increases in adolescent loneliness. Journal of Adolescence, 93, 257–269. https://doi.org/10.1016/j.adolescence.2021.09.002
  • Twenge, J. M., Haidt, J., Joiner, T. E., & Campbell, W. K. (2020). Underestimating digital media harm. Nature Human Behaviour, 4(4), 346–348. https://doi.org/10.1038/s41562-020-0839-4
  • Watson, D., Clark, L. A., & Stasik, S. M. (2011). Emotions and the emotional disorders: A quantitative hierarchical perspective. International Journal of Clinical and Health Psychology, 11(3), 429–442.

Más artículos y Publicaciones