Cómo la Terapia de Aceptación y Compromiso está revolucionando el abordaje de la psicosis incipiente

Durante décadas, el abordaje clínico de la psicosis ha estado centrado casi exclusivamente en la supresión de los síntomas positivos como los delirios y las alucinaciones, a menudo a través de fármacos antipsicóticos. Sin embargo, un número creciente de investigaciones y enfoques clínicos están cuestionando esta visión reduccionista. Entre ellos, la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT, por sus siglas en inglés) emerge como una alternativa prometedora, al enfocarse no en «eliminar» los síntomas, sino en transformar la relación que el paciente tiene con ellos.

Uno de los desarrollos más interesantes en los últimos años es la aplicación de ACT en fases tempranas de la psicosis, particularmente en lo que se conoce como psicosis incipiente o primer episodio psicótico (PEP). En estos momentos críticos del desarrollo de la enfermedad, una intervención adecuada puede significar la diferencia entre una trayectoria de cronicidad o una recuperación funcional y significativa.


ACT: Un nuevo paradigma en salud mental

La ACT es una forma de terapia contextual que busca fomentar la flexibilidad psicológica, entendida como la capacidad de mantenerse en contacto con el presente y actuar de manera coherente con los propios valores, incluso frente a pensamientos o emociones difíciles. Esta aproximación resulta particularmente útil en contextos como la psicosis, donde el contenido mental perturbador puede ser abrumador y dominante.

En lugar de confrontar directamente los delirios o alucinaciones, la ACT invita al paciente a observar estos fenómenos como eventos mentales, sin la necesidad de luchar contra ellos. Técnicas como la defusión cognitiva, la atención plena (mindfulness) o el trabajo con valores permiten al paciente reenfocar su energía en aquello que da sentido a su vida, reduciendo la evitación experiencial y favoreciendo una reintegración funcional.


Estudios recientes y validación empírica

Un artículo reciente publicado en The Lancet Psychiatry (2023) refuerza la efectividad de ACT en poblaciones con psicosis temprana. En un ensayo clínico aleatorizado con 161 participantes, la intervención basada en ACT mostró mejoras significativas en la reducción de angustia asociada a los síntomas psicóticos y en la calidad de vida general, comparado con el tratamiento habitual.

Asimismo, investigaciones como las de White et al. (2024) han destacado el rol protector de la flexibilidad psicológica frente a recaídas, especialmente en jóvenes con alto riesgo clínico de psicosis. Estos hallazgos sugieren que cultivar una relación más compasiva y menos reactiva con la experiencia interna puede ser clave para sostener el bienestar a largo plazo.


Caso práctico: La historia de JSP

Un estudio de caso reciente ilustra cómo puede implementarse ACT en contextos reales. JSP, un joven de 27 años, enfrentó un primer episodio psicótico caracterizado por delirios de persecución e intensa ansiedad. A lo largo de 12 sesiones, el tratamiento se enfocó en tres ejes:

  • Observar los pensamientos sin fusionarse con ellos: a través de metáforas como “los globos” o “el tren de los pensamientos”.
  • Reconectar con valores personales: en su caso, retomar estudios universitarios y reconstruir vínculos familiares.
  • Actuar en dirección a esos valores, incluso con síntomas presentes.

El resultado fue una disminución sustancial en indicadores de depresión, ansiedad y evitación experiencial, junto con un restablecimiento de la funcionalidad vital.


Desafíos y futuras direcciones

Si bien los resultados son prometedores, también surgen retos importantes. Uno de ellos es la dificultad frecuente que presentan los pacientes psicóticos para identificar valores personales, debido a la desorganización cognitiva y la desconexión emocional. Esto exige adaptar la intervención y dedicar tiempo suficiente a esta exploración, integrando herramientas visuales, narrativas y experienciales.

Otro desafío es la integración efectiva de ACT dentro de sistemas de salud mental que siguen priorizando modelos biomédicos. La formación de profesionales en modelos contextual-funcionales y la colaboración interdisciplinaria son claves para una implementación sostenible.


Hacia una psicoterapia centrada en la persona, no en el trastorno

La ACT no promete eliminar los síntomas psicóticos, pero sí ofrece una vía hacia la aceptación, el compromiso y el propósito. En lugar de intentar «normalizar» al paciente, busca empoderarlo para que viva una vida significativa a pesar de las dificultades. Como lo muestra el caso de JSP y la evidencia acumulada, estamos ante un cambio de paradigma en la forma de entender la salud mental: del control del síntoma a la expansión del sentido.


Referencias bibliográficas

  • Hayes, S. C., Strosahl, K. D., & Wilson, K. G. (1999). Acceptance and Commitment Therapy: An experiential approach to behavior change. Guilford Press.
  • Cramer, H. et al. (2016). Mindfulness- and acceptance-based interventions for psychosis: A systematic review. Global Advances in Health and Medicine.
  • Jansen, J. E., & Morris, E. (2017). Values clarification in Acceptance and Commitment Therapy with psychosis.
  • Jacobson, N. S., & Truax, P. (1991). Clinical significance: A statistical approach to defining meaningful change.
  • White, R. G., Gumley, A. I., & Birchwood, M. (2024). Psychological flexibility as a resilience factor in early psychosis. The Lancet Psychiatry.
  • Harris, R. (2021). Terapia de Aceptación y Compromiso. Manual de consulta para profesionales. Desclée de Brouwer.

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