De Álvaro de Ansorena Cao, Álvaro de Ansorena
Quizá la primera pregunta que cabe plantearse al comenzar una reflexión sobre la selección de personal estriba en su propia naturaleza. ¿Qué significa «selección de personal» y qué es «seleccionar personal»? No es preciso abundar en prolijas y detalladas justificaciones sobre la creciente necesidad de identificar a los profesionales idóneos para el desempeño de las tareas de complejidad creciente que se demandan en las organizaciones. La especialización progresiva de las profesiones técnicas, el alto grado de introducción tecnológica y la sofisticación de los métodos y herramientas profesionales cada vez de mayor penetración en la vida cotidiana, incluso de las tareas más elementales; la velocidad y complejidad del cambio en cuantos escenarios y entornos podamos imaginar con sus correspondientes implicaciones para el trabajo de gestión; la diversificación de las empresas y sus fines, introduciendo en la competitividad habitual del tejido económico niveles cada vez más altos de matices sutiles y de complejidad conceptual para sus responsables, comerciales y productores… hacen que la búsqueda de perfiles más y más específicos y concretos, para afrontar retos y tareas más y más específicas y concretas en cuanto a sus requerimientos, sea un elemento diferenciador de la mayor importancia estratégica para la mayoría de las organizaciones modernas.
«Selección profesional» o «seleccionar personal» es, pues, una tarea que puede ser descrita de forma sencilla y directa como aquella actividad estructurada y planificada que permite atraer, evaluar e identificar, con carácter predictivo, las características personales de un conjunto de sujetos -a los que denominamos «candidatos»- que les diferencian de otros y les hacen más idóneos, más aptos o más cercanos a un conjunto de características y capacidades determinadas de antemano como requerimientos críticos para el desempeño eficaz y eficiente de una cierta tarea profesional.
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