Dinámica familiar y estilo de conducta en un niño con Autismo y TDAH

El Trastorno del Espectro Autista (TEA) y el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) son dos condiciones del neurodesarrollo que pueden coexistir en un mismo individuo. Esta comorbilidad presenta desafíos únicos tanto para el niño como para su familia. La convivencia puede ser compleja y en algunas situaciones estresante. Las familias a menudo experimentan niveles de estrés superiores a los de familias con hijos con otras discapacidades. Este estrés puede derivar en un clima constante de tensión y angustia, afectando la dinámica familiar y la calidad de vida de todos sus miembros

Modificaciones en la Vida Familiar

Desde el diagnóstico, las familias deben realizar modificaciones severas en su régimen de vida habitual, lo que incluye limitaciones en su independencia y cambios en la autoatribución de tareas y roles entre los padres. La falta de estrategias adecuadas y el desconocimiento de la razón detrás de las conductas del niño pueden aumentar el sufrimiento familiar

Es fundamental que las familias reciban acompañamiento emocional y orientación en procesos administrativos, prestaciones y recursos comunitarios. La concienciación y el asesoramiento son fundamentales para generar un nivel óptimo de bienestar y facilitar la adaptación a las nuevas circunstancias

Problemas de Conducta y Socialización

Se presentan problemas sociales, de internalización y de externalización más graves que aquellos con solo TEA. Estos problemas incluyen dificultades en el funcionamiento adaptativo y más conductas inadaptadas. Además, la coexistencia de ambos trastornos puede llevar a un deterioro significativo en las medidas de funcionamiento cognitivo y social

Un diagnóstico correcto y detallado es primordial para facilitar una intervención psicopedagógica adaptada a las necesidades específicas de cada niño. La identificación de síntomas clínicamente significativos de TDAH y la falta de respuesta a intervenciones pueden requerir ajustes en el programa de intervención

Estrategias de Intervención

Las técnicas conductuales compartidas pueden ser efectivas para ambos trastornos, aunque los niños con TEA pueden necesitar instrucciones directas para mejorar su conocimiento sobre comportamientos correctos y habilidades de cognición social. La terapia para el autismo, como el análisis conductual aplicado, puede mejorar las destrezas de comunicación y reducir comportamientos repetitivos.

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