La reestructuración cognitiva (RC) es una técnica terapéutica que se enfoca en identificar y modificar los pensamientos negativos y distorsionados que contribuyen a problemas emocionales y conductuales. Aunque la RC es una herramienta poderosa, su aplicación requiere habilidades específicas y un profundo conocimiento de los procesos cognitivos. Por ejemplo, para ayudar a un paciente con depresión, el terapeuta utilizaría la RC para identificar y cuestionar pensamientos negativos como ‘No soy capaz de nada’ o ‘Nadie me quiere’.
A diferencia de otros enfoques terapéuticos, como la terapia racional-emotivo-conductual de Ellis o la terapia cognitiva de Beck, la RC se centra específicamente en cambiar la forma en que las personas interpretan los eventos. En lugar de simplemente desafiar los pensamientos negativos, la RC busca enseñar a los pacientes a evaluar la evidencia que respalda o refuta sus creencias. Por ejemplo, si un paciente cree que es un fracaso total, el terapeuta podría ayudarle a identificar situaciones en las que ha tenido éxito y a cuestionar si estos éxitos son realmente insignificantes.
La reestructuración cognitiva se basa en la idea de que nuestros pensamientos influyen directamente en cómo nos sentimos y cómo actuamos. Es como si nuestros pensamientos fueran unos lentes a través de los cuales vemos el mundo. Si usamos lentes con una distorsión negativa, todo lo que veamos parecerá más oscuro y problemático.
¿Cómo funciona esto? Imaginemos que te invitan a una fiesta y, al llegar, nadie te saluda. Puedes pensar: «Nadie me quiere» (pensamiento negativo), y sentirte triste y solo. Pero también podrías pensar: «Quizás están todos ocupados» (pensamiento más realista), y sentirte menos afectado.
El modelo A-B-C es una forma sencilla de entender este proceso:
- A (Activación): Es la situación o el evento que ocurre (por ejemplo, que nadie te salude en la fiesta).
- B (Creencias): Son tus pensamientos o interpretaciones sobre lo que ha ocurrido (por ejemplo, «Nadie me quiere»).
- C (Consecuencias): Son tus emociones, comportamientos y reacciones físicas (por ejemplo, tristeza, soledad, evitar futuras fiestas).
¿Por qué son importantes nuestros pensamientos?
- Crean nuestras emociones: Si pensamos que algo es terrible, nos sentiremos mal. Si pensamos que podemos superarlo, nos sentiremos más fuertes.
- Guían nuestras acciones: Si pensamos que no somos capaces, es menos probable que intentemos algo nuevo.
- Pueden ser cambiados: La buena noticia es que podemos aprender a identificar y cambiar nuestros pensamientos negativos por otros más realistas y útiles.
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La Técnica de la Reestructuración Cognitiva
Arturo Bados y Eugeni García Grau
Facultat de Psicologia, Departament de Personalitat
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