En pleno siglo XXI, los trastornos mentales siguen siendo una de las principales causas de discapacidad en el mundo, afectando a más de 450 millones de personas. Sin embargo, y pese a su alta prevalencia, la atención que se brinda a quienes los padecen es alarmantemente insuficiente. Más preocupante aún es la persistencia del estigma social que los rodea: una barrera invisible pero poderosa que impide el acceso a tratamiento, alimenta el aislamiento y profundiza el sufrimiento de millones de personas.

Según datos del Instituto Nacional de Salud Mental de EE.UU., cerca del 19,1% de la población padece algún tipo de trastorno de ansiedad y un 7% sufre de depresión mayor. Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud reveló en 2022 que solo el 29% de quienes padecen psicosis y el 33% de quienes sufren depresión reciben atención profesional. ¿Por qué? Porque el miedo al juicio social y la discriminación siguen estando presentes.
El estigma hacia los trastornos mentales no solo está arraigado en la sociedad general, sino que también se infiltra en espacios donde debería reinar la comprensión: los propios sistemas de salud. Profesionales con prejuicios pueden afectar la calidad del tratamiento, limitando la eficacia terapéutica y perpetuando el ciclo de exclusión.
Romper este ciclo implica actuar en múltiples niveles. A nivel social, es vital usar los medios de comunicación para normalizar el diálogo sobre salud mental, incluir testimonios reales y fomentar la empatía. A nivel educativo, es urgente incorporar espacios de reflexión sobre trastornos mentales en colegios y universidades, no solo en carreras relacionadas con la salud, sino en todas las áreas del conocimiento.
Solo así podremos construir una sociedad verdaderamente comprensiva, donde pedir ayuda no sea motivo de vergüenza, sino un acto valiente y necesario. Porque hablar de salud mental no debe ser un tabú, sino una prioridad colectiva.
¿Qué puedes hacer tú?
- Cuestiona tus prejuicios sobre las enfermedades mentales.
- Escucha y valida a quienes te rodean.
- Apoya iniciativas que promuevan la inclusión y la educación sobre salud mental.
- Si eres estudiante o docente, fomenta espacios de diálogo en tu comunidad educativa.
Transformar la narrativa sobre los trastornos mentales es tarea de todos. No basta con no discriminar: debemos ser activamente empáticos, informados y comprometidos con una cultura que valore la salud mental como un pilar esencial del bienestar humano.
Referencias:
- National Institute of Mental Health. Mental Illness [Internet]. USA: NIH; 2024. Disponible en: https://www.nimh.nih.gov/health/statistics/mental-illness
- Organización Mundial de la Salud. Trastornos mentales [Internet]. Ginebra: OMS; 2022. Disponible en: https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/mental-disorders
- Zweifel P. The burden of social stigma. Int J Health Plann Manage. 2021;36(3):813-25.
- Manescu E, et al. Mental health related stigma in Romania. BMC Psychiatry. 2023;23(662).
- Valverde-Bolivar E, et al. The stigma of mental health professionals towards users with a mental disorder. Actas Esp Psiquiatr. 2022;50(4):178-86.
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