El acoso escolar es una forma de violencia sistemática y deliberada entre estudiantes, caracterizada por agresiones físicas, verbales o psicológicas de manera reiterativa. Según el documento del MINEDU (Prevención y Atención frente al Acoso entre Estudiantes), el bullying implica un desequilibrio de poder donde el agresor somete a la víctima con el propósito de intimidarla, excluirla o humillarla. Esta dinámica suele ser persistente, prolongándose en el tiempo, lo que agrava sus efectos en la víctima.
Las características fundamentales del acoso escolar incluyen tres componentes clave: la intencionalidad, es decir, el propósito deliberado de causar daño; la repetición, que diferencia el acoso de agresiones aisladas; y el desequilibrio de poder, en el que la víctima se percibe en desventaja frente a su agresor, ya sea física, psicológica o socialmente. Estas condiciones generan un ambiente hostil que afecta no solo a los involucrados directos, sino también a la comunidad educativa.