Centros de salud mental comunitaria: ¿son la solución para los problemas de salud mental en el primer nivel de atención?

Los trastornos mentales son considerados un problema de salud pública debido a su creciente prevalencia y la carga de discapacidad que generan, incluso superando a enfermedades crónicas como las cardiovasculares. A pesar de ello, en las Américas se invierte solo el 2% del presupuesto nacional en salud mental (SM).

En el Perú, el primer nivel de atención debería brindar atención integral a la mayor parte de la población. Sin embargo, a pesar de la alta susceptibilidad de desarrollar trastornos mentales en pacientes con enfermedades físicas, se sigue priorizando la atención de problemas de salud física.

En el año 2008, la Organización Mundial de la Salud (OMS) creó el Programa de Acción para Superar Brechas en Salud Mental (mhGAP), que propone capacitar a médicos generales, enfermeros y técnicos del primer nivel en el reconocimiento y atención de trastornos mentales. Además, la OMS promovió el Plan de Acción sobre Salud Mental 2013-2020, que impulsa el cuidado de la SM desde el primer nivel a través del desarrollo de redes integrales y comunitarias de salud mental y asistencia social.

En el Perú, estas iniciativas han tenido un desarrollo progresivo que llevó a la creación e incorporación de los Centros de Salud Mental Comunitaria (CSMC) en el primer nivel de atención, principalmente en zonas económicamente desfavorecidas. Desde 2015, su implementación ha sido impulsada por el Ministerio de Salud, con soporte técnico y respaldo legal, lo que ha permitido aumentar la disponibilidad de recursos humanos y mejorar la oferta de servicios de salud mental.

No obstante, la brecha aún es considerable. Faltan políticas similares en otras instituciones del sistema de salud como EsSalud, la Policía Nacional del Perú, las Fuerzas Armadas y el sector privado. La descentralización ha generado vacíos informativos tanto en la población como en los profesionales de salud, quienes, acostumbrados al sistema tradicional, podrían desconocer la existencia o el funcionamiento de los CSMC. A ello se suma el estigma asociado a los trastornos mentales, lo que limita el acceso oportuno a la atención.

Además, la transición de un modelo hospitalario hacia uno comunitario requiere cambios progresivos, que incluyan mecanismos de articulación entre ambos modelos para asegurar una atención equitativa y continua.

Los CSMC, como núcleo del nuevo paradigma de atención en salud mental, representan un avance significativo, acercando los servicios a las poblaciones más vulnerables. Sin embargo, dadas las características culturales, sociales y políticas de nuestro país, este modelo presenta limitaciones. La heterogeneidad territorial del Perú exige alternativas complementarias, como:

  • El fortalecimiento de los establecimientos del primer nivel con la presencia (permanente o rotativa) de especialistas en salud mental.
  • La expansión del programa mhGAP.
  • El acompañamiento clínico-psicosocial en otras instituciones del sistema de salud (Fuerzas Armadas, EsSalud, etc.).
  • El mantenimiento de vínculos con hospitales psiquiátricos, cuando su capacidad resolutiva lo requiera.

En consecuencia, los CSMC no son la única solución para los problemas de salud mental en el primer nivel de atención. Es necesario evaluar e implementar políticas nacionales de salud mental contextualizadas, que consideren la diversidad cultural y territorial del país. Solo así se logrará una transición equilibrada del modelo hospitalario hacia uno comunitario.

Finalmente, es importante recordar que la falta de atención en salud mental tiene consecuencias económicas y sociales graves: aumenta el riesgo de pobreza, desempleo, deserción educativa y exclusión social, lo que contribuye a que la población no busque ni reciba ayuda profesional.

Referencia bibliográfica:

Calla-Torres, M., Hurtado-Ruiz, M., Galvez-Olortegui, J., & Li-Amenero, C. (2021). Centros de salud mental comunitaria: ¿Son la solución para los problemas de salud mental en el primer nivel de atención? Revista del Cuerpo Médico Hospital Nacional Almanzor Aguinaga Asenjo, 14(2), 253–254. https://doi.org/10.35434/rcmhnaaa.2021.142.1093

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