
Aborda la importancia de la regulación de las emociones para la adaptación personal y social.El texto introduce la regulación de las emociones (RdE) señalando que muchas dificultades diarias están relacionadas con fallos en esta habilidad, lo que puede tener consecuencias personales y sociales, incluyendo el bienestar fisiológico. Se menciona que la incapacidad para la autorregulación emocional puede incluso estar ligada a desórdenes mentales como la depresión.
El estudio de la RdE, inicialmente arraigado en la literatura sobre desarrollo infantil, se ha expandido a la conducta adulta. Una perspectiva clave es la «regulación instrumental de la emoción», que postula que las personas regulan sus emociones para alcanzar metas, no necesariamente para sentirse bien, sino para objetivos prácticos que pueden implicar cambios fisiológicos, cognitivos, motivacionales o conductuales.El documento también distingue entre la generación de emociones y la regulación de emociones, señalando que la emoción y su regulación están inherentemente conectadas. Se explora la regulación intrapersonal (con uno mismo) e interpersonal (con los demás), influenciadas por la socialización y diferencias de género y cultura.
Se presentan dos líneas teóricas principales en el estudio de la RdE: una centrada en principios generales y autorregulación, y otra en los procesos específicos implicados en la regulación emocional. La primera, que implica respuestas alternativas a conductas insatisfactorias, agrupa principios como estándares de regulación, monitoreo y fortaleza. La segunda se enfoca en la regulación de las emociones como un conjunto de procesos (cognitivos y conductuales) por los cuales una persona influye en sus emociones.
El «modelo circumplejo de las emociones» de James Russell (1980) es central, proponiendo que los estados emocionales se representan mejor en un círculo bidimensional que integra la activación (arousal) y la valoración (placer-displacer). Este modelo es útil para entender cómo las acciones pueden aumentar o reducir la activación emocional y modificar la valoración, buscando mover al individuo de estados displacenteros a placenteros y adaptativos.
Finalmente, el texto diferencia los conceptos de afecto, humor, emoción y sentimiento. El afecto es el más general y primitivo; el humor es un estado afectivo de baja intensidad y larga duración sin antecedente concreto; la emoción es más intensa, breve y asociada a eventos específicos con considerable contenido cognitivo; y el sentimiento es la experiencia subjetiva consciente de la emoción.
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